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“El adversario” de Emmanuel Carrère

 El 9 de enero de 1993 se provoca  un incendio en la vivienda de Jean- Claude Romand, supuestamente un médico de prestigio. Muere toda su familia, pero él sobrevive. Una vez hechas las autopsias, se da cuenta la policía de que la familia había muerto antes del incendio, o sea,  habían sido asesinados.  


Conforme se investiga más a Jean- Claude, también se descubre que no era médico. Ni siquiera terminó la carrera.  Pero, ¿de dónde salía el dinero para vivir como una familia acomodada? Y tenemos claro, una vez se desvela el atroz crimen, que no era ni el marido, ni el padre, ni el hijo ejemplar que todos pensaban. Además de a sus hijos y esposa, asesinó a sus padres, era sospechoso también de haber matado a su suegro e intentó liquidar infructuosamente  a una amante.
El dinero, como se descubrió, venía de varias  estafas. Como se suponía que trabajaba en Suiza, prometía a amigos y familiares franceses invertir su dinero en el país helvético. Evidentemente, se quedó con todo. 

Carrère, incorpora, como vimos también en "Limónov" , historias de su vida personal en este libro. Nos explica  cómo empezó a escribir la novela, cómo  se puso en contacto con el abogado de Romand y este último, dos años más tarde, le respondió.

El autor da un repaso a la vida del asesino, un joven tímido, malo en deportes. Nos cuenta, como curiosidad, que sacó 16 de 20 puntos en el bachiller de letras con un examen en el que el tema que eligió fue: ¿existe la verdad? (pág. 45). Hijo de un empresario maderero, decidió estudiar medicina, pero en segundo curso, sin saber por qué, dejó de presentarse a los exámenes. Esa fue su primera mentira. Se matriculaba constantemente del mismo curso hasta que se le acabó la excusa y decidió que era momento de decir que se había graduado. Luego mintió diciendo que trabajaba para la OMS, cuando solo conocía la biblioteca. Entraba con una tarjeta de visitantes y cogía todo tipo de publicaciones gratuitas para llenar su casa de papeles con el sello de la organización. No se le conoció ningún trabajo. Cuando las mentiras empezaron a acumularse, tras 18 años de éxito, su suegro empezó a pedirle el dinero que le había prestado para invertir, su amante tenía dudas de él. Todo se precipitó. Estaba en un callejón sin salida.  

Mató a los que pudo e intentó simular un incendio, pero no queda claro si dejó la ventana abierta para que los bomberos pudieran sacarlo o no. ¿Realmente se quería suicidar?
Fue acusado y sentenciado, pero se nos queda el misterio de saber si realmente lo que cuenta Jean-Claude, todo lo que  contó, es verdad, mentira o una mezcla de ambas. Merece la pena leerlo. 

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