Hay grupos de música que te sumergen en un mundo distinto, algo onírico quizás. Sensaciones que te llevan no sólo a canturrear una y otra vez sus melodías o a aprenderte la letra de sus canciones, sino a indagar algo más en su filosofía. A mí me pasó con The Doors (1965-70). Cuando escuchaba a Jim Morrison cantando pensaba: ¿de dónde saca este tío estas ideas? Empecé a leer a Carlos Castaneda, a indagar sobre la Psicodelia, a leer a los Beatniks. Pero una y otra vez volvía a canciones como “The End” o “People are strange” y se me dilataban de forma natural las pupilas. Cuando Aldous Huxley publicó “Las puertas de la percepción” (1954) arrancando el título de una frase del poeta Wiliam Blake -“Si las puertas de la percepción se purificaran todo se le aparecería al hombre como es, infinito”-, no pensaba que su tratado sobre los efectos de los alucinógenos también influiría a un grupo musical que dio un auténtico pelotazo en los 60-70. Hoy os dejo la canción “The End”, que no olvidaré ...
Reseñas de libros clásicos