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REALISMO SUCIO

Hace algunos años ya, saltándome las habituales clases de la universidad, me paseé por la antigua, y ya cerrada, librería Urbano en Granada. Deambulando por los pasillos me topé con un libro increíble de un escritor que me ha interesado desde entonces. El título en cuestión era “La senda del perdedor”, del escritor norteamericano de origen alemán Charles Bukowski (1920-1994). Fue como un puñetazo en el estómago, dinamita pura para las buenas conciencias del sueño americano, un vómito en toda la cara de los bienpensantes. Considerado símbolo del “realismo sucio”, alcohólico, amante de las carreras de caballos, te hace estremecerte o reírte, emocionarte o volverte un cínico.
Su infancia fue dura, debido al maltrato y a una enfermedad que le deformó la cara y que describe en “La senda del perdedor” con una sequedad cortante. Estuvo marcado de por vida y separar su vida de su obra es ya difícil.

Vinieron muchos libros más que devoré con ansia liberadora: “Música de Cañerías”, “Mujeres”, el poemario “Madrigales de la pensión”... Seguramente a mucha gente no le gustará, pero quizás ese nihilismo que se te agarra a la garganta puede servir, cómo no, de catarsis en estos tiempos de crisis colectiva en la que parece que hemos descubierto de golpe las miserias del mundo moderno.


Recuerdo versos como “Bajo la lluvia blanca espero cuchillos como tu lengua” o “Prácticamente hablando, las grandes palabras de los grandes hombres no son tan grandes” y vuelvo a tener ganas de leer y leer y leer a Bukowski para volver a reírme del mundo.

Comentarios

  1. Hace tiempo que tenía ganas de echarle el guante a este escritor, pero entre unas y otras lo he ido dejando y ya casi ni me acordaba que tenía una cita pendiente con él. Gracias por recordármelo en tu entrada tan interesante, seguiré tus recomendaciones.
    Un saludo!!!

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