“Y os digo que la vida es un jugador
Que juega con nosotros con mucha ventaja
No hay alcalde vivo que pueda cerrar el establecimiento.
Y si pierdes, ya puedes gritar lo que quieras:
No se te devolverá el dinero”.
Más de
una vez, y perdón por lo macabro, he pensado cuál podría ser un bonito epitafio
para cuando el fin de esto que llamamos vida llegue. Del mismo modo, alguna que
otra visita obligada al cementerio me ha hecho reflexionar sobre las últimas palabras,
pensamientos, ilusiones, quejas o llamamientos de la gente que se encontraba
ahí enterrada.
En la Antología de Spoon River, una sucesión
de monólogos en verso escrita por Edgar Lee Masters, se plasman estas voces que
no oímos: las de los habitantes de esa ciudad que, enterrados, todavía tienen
unas palabras de despedida, remordimiento o crítica al que fue el mundo que
dejaron. La imaginaria colina de Spoon River esconde muchos secretos.
El
poeta estadounidense escribió esta antología recreando, como si fuera una obra
de teatro, la vida de centenares de hombres y mujeres que, a través de esas
voces de ultratumba, dibujan un retrato de lo que eran no sólo los EEUU de la
época, sino además todas aquellas pasiones, desengaños y bajezas que, desde
antaño, vienen caracterizando al género humano.
Soldados aplastados por la guerra, ricos,
pobres, borrachos, amantes, poetas, policías, políticos, maridos, esposas,
hijos... Todos
son igualados por la muerte, y todos tienen algo que decir sobre la vida que llevaron en general.
A mí
particularmente me han gustado varias historias, como la de Griffy el Tonelero (pág. 128), que alude al tonel como metáfora de
la vida e interpela a todo el mundo a que mire más allá del borde de su tonel,
o sea, de su propia e insignificante vida; o el poema de Alexander Throckmorton (pág. 186), que es breve pero intenso. Me
gustaría compartirlo con vosotros, pues es una interesante paradoja:
“En la juventud,
yo tenía alas fuertes e infatigables,
Pero no conocía
las montañas.
Con la edad,
conocí las montañas,
Pero mis alas
fatigadas no podían seguir mi visión…
El genio es
sabiduría y juventud”.
Como os
decía, Antología de Spoon River es
como una gran obra de teatro llena de monólogos en verso. En ella también se
ven los entresijos del poder, la corrupción, cómo funcionaban los periódicos o
repetidos casos de traición. Además, la religión también aparece en estas páginas,
como en la irónica historia de El Ateo del Pueblo (pág. 305), un
reconocido polemista en contra de la religión que termina encontrando la Fe al
leer textos de filosofía hindú.
Creo
que el gran logro de Lee Masters es
que, conforme lees todos los poemas, te das cuenta del hilo que une a todos sus
protagonistas. Te imaginas no sus epitafios, sino una ciudad pequeña en la que
puedes leer el pensamiento de sus habitantes, siendo consciente de la opinión que tenía cada uno sobre sí
mismo, pero también en relación a los demás. En ese sentido, la verdad y la
mentira se funden en una, así como la realidad y el deseo (por parafrasear a
nuestro poeta Luis Cernuda).
Ficha
Técnica del Libro
Nº de páginas: 384 págs.
Encuadernación: Tapa blanda
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 9788437611877
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