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FIN DEL SUEÑO


Intentar vivir en un mundo distinto, imaginario, artificial, ha sido la tónica en la historia de la humanidad. Salir del cuerpo, conectar con lo divino o, simplemente, ausentarse de la cotidianidad. Para ello, entre otras cosas, se han utilizado las drogas, pero dentro de esta fuga se puede esconder un infierno.

Un relato directo al estómago es el que se recoge en la maravillosa película “Réquiem por un sueño”, del director Darren Aronofski. Narra la historia de unos jóvenes que encuentran la diversión evasiva que tanto buscan en la droga; una mujer mayor que intenta adelgazar para encontrarse bella a base de anfetaminas; todo ello acompañado por una banda sonora descomunal. Sueños e ilusiones truncadas por un declive físico y moral derivado de la necesidad constante de narcóticos, por el deterioro que estos acarrean cuando su consumo es abusivo.

Ver “Réquiem por un sueño” es una delicia visual y una tristeza para el corazón. Piensas que no es posible que en la realidad alguien se degrade tanto, pero lo es, no es fruto de una película.

Comentarios

  1. Sí, Aranofsky hizo un relato muy vivo y crudo del turbulento mundo de las drogas, y no sólo lo enfoca en el ámbito juvenil. Es impactante y la música, sencillamente soberbia.

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