A veces pienso qué pasaría si dejara de existir. Todo el mundo se lo plantea alguna vez, pero a mí, la verdad, es que no me provoca ninguna angustia. Suelo analizar la vida y la muerte como parte del juego.
En torno a la idea de morir, Émile Zola (1840-1902) plantea en su libro “El arte de Morir” una serie de relatos en los que constantemente aparece la muerte. Desde un duelo de un par de viejos militares hasta el que es para mí el mejor relato, con cierto punto conmovedor, titulado “La muerte de Olivier Bécaille”. Olivier es testigo de su propia muerte, oyendo todo lo que pasa a su alrededor. Cómo llora su joven esposa, cómo llegan los médicos, cómo lo introducen en el ataúd, cómo lo entierran, cómo cae la tierra encima de él. Dando un extraordinario giro la historia, el final es distinto a lo que uno se cree pero, en resumidas cuentas, bastante triste.
“El arte de morir” habla de herencias, de aspiraciones en vida, de honores. Todo queda reducido a cenizas cuando la parca llama a nuestra puerta.
Todos sentimos ese vacio de pensar, que pasaria si muero?, o la angustia de pensar en que habra despues, mas alla. Pero yo tampoco me lo tomo muy enserio. Me angustia mas la ausencia de los que quiero. El libro es magnifico, y la reseña excelente, como siempre, un abrazo...
ResponderEliminarLlega un momento en la vida que el camino se acaba, tú lo sabes, lo presientes,... y te sientas a esperar. Miras a tu alrededor y sólo pides que cuando llegue la muerte lo haga de puntillas y en silencio. Cerrar los ojos, dormir y no despertar...sin dolor, sin sufrimiento,...Lo que dejamos aquí, ¡qué más da! No nos vamos a enterar...
ResponderEliminarGracias por los comentarios!!
ResponderEliminarYo pienso que la muerte es lo único, que desde que tenemos consciencia o conciencia,sabemos que nos espera.Aún así es dolorosa cuando la vemos en los seres queridos, y cuando sabemos que nos llega el momento.
ResponderEliminarSí, la muerte es lo que tenemos en común todos y cada uno de nosotros, es la que nos iguala sin excepción, todos sucumbimos a ella, ya escribí algo de esto en mi blog. Y no es algo a lo que hay que temer, más bien hay que temer a cómo morir, más que a ella es sí misma. Este libro lo pongo en la lista de pendientes. Parece interesante.
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