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Viendo "La dolce vita" de Federico Fellini

En realidad, "La dolce vita" es una película que tiene  muchos elementos que analizar pero que, en su conjunto, no me terminó de convencer. Me gustó, por un lado, el desencanto del protagonista, Marcelo, periodista perseguidor de  famosos que se rodea de una fauna de personajes de lo más variopinto (incluido un fotógrafo, Paparazzo, que dará nombre  a los famosos paparazzi). Es interesante cómo Fellini radiografía la vacuidad y la falta de metas de esa burguesía nocturna y fiestera, pero no es lo único que analizará el director italiano.  
Fellini no dejó pasar la oportunidad de detenerse en un aspecto de la sociedad italiana tan relevante como la religión. Hay una escena muy potente, en mi opinión, en la que podemos visualizar el fenómeno que se genera tras el supuesto milagro de dos hermanos pequeños que dicen ver a la Virgen. La muchedumbre termina destrozando un árbol, supuestamente lugar sagrado, con el objetivo de llevarse un trozo  a modo de reliquia . Rodeados de enfermos, de fotógrafos, de curiosos y de fieles, Marcelo es testigo  de un espectáculo circense. Brutal. 
También hay espacio para la tragedia. Por ejemplo, Marcelo tiene un amigo y, aunque apenas se ven, lo invita a su casa. En dicha casa hay un grupo de intelectuales que filosofan sobre la vida. Su amigo tiene dos hijos. Más tarde se suicidaría no sin antes matar a los críos. Cuando la policía se entera va a buscar a la madre, que se encuentra de viaje. Marcelo acompaña a los agentes. Una vez la mujer se baja del autobús, un grupo de fotógrafos se abalanzan sobre ella . Es la persecución de la noticia, la cruel y despiadada búsqueda del morbo. 
Lo que me parece menos interesante o, por lo menos, no cumplió mis expectativas, es la noche que pasa con Sylvia, la famosa actriz rubia que va a Roma. Aunque la escena de ella bañándose en la Fontana di Trevi es, sin lugar a dudas, la imagen más icónica de la película y una de las más famosas de la historia del cine, no es una trama que ocupe mucho espacio en el largometraje de "La dolce vita". 

Me gustaría resaltar la relación de Marcelo con su padre. Creo que, en cierta manera, nuestro protagonista tiene una relación distante con él, dado que era un viajante que apenas pasaba tiempo en casa. Los dos se encuentran y deciden ir a un cabaret a tomarse unas copas y luego a casa de una de las camareras del bar. Al llegar a la casa, la chica le dice a Marcelo que su padre no se encuentra bien. Y esta parte me gustó:  Marcelo entra en el salón de un apartamento y el padre permanece de espaldas mirando a la ventana. no se muestra su cara. ¿Se verá reflejado en él?, ¿estará Marcelo planteándose su vida?
El final es surrealista. Marcelo aparece en una fiesta vestido de blanco, supuestamente supuestamente se dedica ahora al mundo de  la publicidad. Aquí sí podemos ver una escena muy de Fellini, con personajes burdos a la par que algo grotescos. ¿Qué trataba de decir el cineasta? 

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