
El narrador del libro nos relata la historia de Santiago Biralbo, pianista de jazz que deambula entre copas de bourbon y recuerdos de su querida Lucrecia, una chica que lo dejó, pero que todavía le escribe cartas para que la recuerde. Lucrecia fue a parar a los brazos de un mafioso traficante de arte, el cual supondrá una amenaza para Biralbo el día en que Lucrecia desaparece.
En menos de 200 páginas sientes la lluvia, las luces, la humedad y el frío de las distintas ciudades que se nombran. Pasas de San Sebastián a Lisboa, respiras en Berlín y Copenhage, mientras te imaginas sentado en una sala plagada de cabezas embriagadas y horas de buena música.
Si buscas intriga quizás te sientas algo defraudado, puesto que no es la típica novela negra de misterio. Pero si buscas una historia de amor, soledad y perdedores al más puro estilo “cine negro americano”, este libro te puede hacer pasar buenos momentos.
Los perdedores son siempre los personajes más interesantes...
ResponderEliminarBesos,
Cierto, son los personajes más seductores, por lo menos literariamente.
ResponderEliminarGracias por el comentario. Saludos!