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TINTÍN


Cuando era muy niño había una actividad que me entusiasmaba más que ninguna otra cosa: leer los cómics de Tintín y sumergirme en un mundo de viajes y misterios. El joven periodista y su perro Milú encarnaban, a mi entender, a un solitario y a su fiel amigo, con esa libertad anhelada de moverse por todo el mundo y contando con compañeros de viaje como el bebedor capitán Haddock y su vocabulario de manigero cascarrabias; el profesor Tornasol, ese loco brillante; los policías gemelos Hernández y Fernández … y otros muchos más que se cruzan y batallan en las páginas creadas por el belga Hergé (1907-1983). Las aventuras que mejor sabor me dejaron fueron las de “El asunto Tornasol” y “Las siete bolas de cristal”, aunque la mayoría son geniales.

Teniendo como tengo todas las aventuras de Tintín en mi estantería, todavía las sigo leyendo de vez en cuando y recuerdo una y otra vez a ese joven chaval mitad explorador mitad escritor.

Comentarios

  1. Sí, a mí también me gustaban las aventuras de Tintín. Y probablemente Haddock era mi favorito (hace mucho que no lo leo, así que no lo recuerdo bien, pero cómo no simpatizar con alguien capaz de beberse un cargamento entero, je, je).
    Pero me gustaría destacar también otras dos series de álbumes que han hecho las delicias de varias generaciones de lectores de cómics, como son las aventuras de Astérix y las de Lucky Luke. Realmente eran las que más me gustaban, por su mayor componente cómico.
    Creo que Tintín, Astérix y Lucky Luke (otros también, pero tengo predilección por estos 3) traspasaron barreras generacionales y de formato, ya que mucha gente los leyó sin tan siquiera concebirlos como cómics. Digamos que trascendieron su género.

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  2. Muy buenas recomendaciones, de hecho escribré sobre Axterix, jejej.Saludos!!

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  3. tambien era seguidora de TinTín...me ha gustado recordar contigo, un saludo

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  4. Pues sí, me las has hecho volver a recordar, también las leía por aquél entonces, al igual que las aventuras de Zipi y Zape, o Mortadelo y Filemón, etc, hay un sinfín de comics que en nada se parecen a los de ahora, y el que los conserve, como tú, tiene un buén legado amigo.
    Un abrazo Héctor.

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