Una de las películas que más me impactó de niño (cuando las películas en blanco y negro se emitían en horario normal en la 2 de TVE, en esos ciclos de los Viernes por la noche) fue “Psicosis” de Alfred Hitchcock (Leytonstone, Londres, 13 de agosto de 1899 - Bel Air, Los Ángeles, 29 de abril de 1980). Anthony Perkins interpretaba a ese personaje oscuro y ambiguo, un perturbado con cierta capacidad hipnótica que te obliga a sentir una mezcla de rechazo y admiración. Cuántas veces no se te venía a la mente la casa antigua donde la madre esperaba con prudencia a su servil hijo. “¿Madre?” Espeluznante.
Hitchcock hizo innumerables obras maestras, pero hay otras dos películas, aparte de “Psicosis”, que se encuentran entre mis favoritas. Son “Extraños en un tren” y “La soga”. En “Extraños en un tren”, película que ya comenté al analizar la obra de la escritora Patricia Highsmith, el maestro Alfred consigue crear un duelo entre los dos personajes principales de una ambigüedad y de un suspense inquietante. Un loco propone en un viaje en tren un perverso pacto a un tenista famoso. Él matará a la mujer del deportista y, en cambio, éste matará al padre del loco. Una de las escenas que más me gustó fue aquélla en la que, en el forcejeo con una de las víctimas, poseedora de unas grandes gafas, éstas caen al suelo. La cámara se queda fija y, a través de los cristales, podemos ver el reflejo del cruel asesinato.
En “La soga”, dos estudiantes asesinan a un compañero para ver qué se siente con ese poder y esconden su cadáver en un baúl; luego, lo habilitarán como si fuera una mesa del comedor y se convertirá en el epicentro de toda la acción. Rodada en un solo plano secuencia, se convierte en un espectáculo cinematográfico extraordinario que te hace entender por qué se considera a este director británico el maestro del suspense.
Ah, por cierto, pensando en otra de sus obras, ¿qué son los 39 escalones?
Por fortuna esta vez coincide que sí me he visto las 3 películas que citas. Y de hecho, de las pelis de Hitchcock que he visto (lamentablemente ni la tercera parte de las que hizo), sin duda 'Psicosis' es mi favorita. Creo realmente que es una obra maestra. En otros filmes da la sensación de que comienza muy fuerte y termina flojeando un poco (cuestión de gustos, claro, pero es la sensación que me quedó por ejemplo con 'Con la muerte en los talones'). Sin embargo, en 'Psicosis' la intriga y la angustia se consiguen ya desde los magistrales títulos de crédito iniciales hasta el final; y ello a pesar de que el momento culmen, la mítica escena de la ducha, sucede relativamente pronto.
ResponderEliminarRealmente Hitchcock era un maestro del suspense, creando intriga con pocas cosas, en lugar de embarullando los argumentos. Son muchos los directores que dicen estar influidos por él, pero creo que pocos los que logran parecerse.
Por último, me gustaría mencionar como curiosidad que, si no me equivoco, la propia 'Psicosis' es un "autoremake" (vaya 'palabro' me acabo de sacar) de un capítulo de la serie 'Alfred Hitchcock presenta'. Es lógico, dado que en realidad la historia es bastante simple y corta y se podría contar en menos tiempo. Sería curioso ver ese capítulo, para saber qué cambia. Por el contrario, hice voto en su día de no ver jamás el crimen de remake de Gus van Sant, que se atrevió a repetir la misma película, calcada de principio a fin. El único supuesto 'mérito' de la nueva versión era... ¡estar hecha en color! ¡Blasfemia! ¡Pero si precisamente el blanco y negro potenciaba la sensación de intriga en aquellas películas! El color no es ninguna ventaja en estas historias (si acaso en las de aventuras o en las históricas), más bien todo lo contrario.
En fin, ¡larga vida a los clásicos (y que los imitadores al menos se lo curren un poco)!
jajaj, es verdad Cyborg, la de Gus van Sant no tiene mértio ninguno. Habrá que ver la serie de Hitchcock a ver que tal. Saludos!!
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