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DOGMA 95




En una época plagada de efectos especiales, diseños por ordenador, photoshop, y esas grandes innovaciones ilusorias en el mundo del cine que tanto me gustan, el grupo de directores daneses compuesto por Lars von Trier, Thomas Vinterberg, Kristian Levring y Soren Kragh-Jacobsen firma en 1995 el “Manifiesto Dogma 95”, que busca prescindir de estos juegos de artificio para hacer un cine distinto. Su obra buscaba un cine más simple y casto, la cámara al hombro y el sonido ambiente, con la iluminación tenue que pueda dar la luz natural o las lámparas de una casa, sin añadidos. Estos eran sus rasgos más identificadores.

Mi película favorita del dogma es “Celebración” de Vinterberg, en la que se exponen de forma magistral todos los problemas de una familia, con sus traumas y sus vicisitudes. Con una visión claustrofóbica de esa institución consanguínea, te engancha de tal forma que nunca hubiera pensado que una película sin acción y grandes movimientos de cámara me entretuviera tanto. Sin embargo, el más famoso de los tres, Lars Von Trier, no deja tampoco indiferente a nadie. En “Rompiendo las olas” llegó fuerte al corazón con la historia de la muchacha protagonista, pero a mí no se me olvida “Dogville”, esa angustiosa historia protagonizada por Nicole Kidman en un original escenario recreado para la ocasión. La película trata de una comunidad de personas que viven sin intimidad; las paredes de sus casas están dibujadas en el suelo, no hay vida, sólo miradas inquisitoriales, control total unos de otros, un mundo fóbico. Hay momentos en los que te entran ganas de entrar y arrasar con todo. La cinta despierta los deseos más misantrópicos que hay en ti, por lo menos en mi caso. Merece la pena pasar el mal rato.

A continuación, os paso el manifiesto DOGMA 95, para que tengáis más claro lo que pretendían estos daneses.

“Juro que me someteré a las reglas siguientes, establecidas y confirmadas por:
1. El rodaje debe realizarse en locación. Accesorios y decorados no pueden ser introducidos (si un accesorio en concreto es necesario para la historia, será preciso elegir uno de los exteriores en los que se encuentre este accesorio).
2. El sonido no debe ser producido separado de las imágenes y viceversa. (No se puede utilizar música, salvo si está presente en la escena en la que se rueda).
3. La cámara debe sostenerse en la mano. Cualquier movimiento -o inmovilidad- conseguido con la mano están autorizados.
4. La película tiene que ser en color. La iluminación especial no es aceptada. (Si hay poca luz, la escena debe ser cortada, o bien se puede montar sólo una luz sobre la cámara).
5. Los trucajes y filtros están prohibidos.
6. La película no debe contener ninguna acción superficial. (Muertos, armas, etc., en ningún caso).
7. Los cambios temporales y geográficos están prohibidos. (Es decir, que la película sucede aquí y ahora).
8. Las películas de género no son válidas.
9. El formato de la película debe ser en 35 mm.
10. El director no debe aparecer en los créditos.
¡Además, juro que como director me abstendré de todo gusto personal! Ya no soy un artista. Juro que me abstendré de crear una obra, porque considero que el instante es mucho más importante que la totalidad. Mi fin supremo será hacer que la verdad salga de mis personajes y del cuadro de la acción. Juro hacer esto por todos los medios posibles y al precio del buen gusto y de todo tipo de consideraciones estéticas.
Así pronuncio mi voto de castidad”.
Copenhague, Lunes 13 de marzo de 1995.

Comentarios

  1. Me pregunto qué se tomarían para firmar esto. Más que por directores parece escrito por productores ansiosos de ahorrar presupuesto (ni técnicos de iluminación, ni efectos especiales, ni especialistas de acción, ni compositor de la banda sonora, ni decoradores...). Mira, ya puestos, que quiten también el maquillaje, para que sea todo más fresco y natural. Incluso, me parece que los actores ya quedan demasiado artificiales: deberían rodar con perros, que no están contaminados por el método Stanislawsky ni preocupados por ganar un Oscar.
    Bueno, a lo mejor me he pasado, pero es que no creo que sea incompatible aprovechar las ventajas técnicas y rodar buenas historias. Es más, visto el abuso posterior del rodaje 'cámara en mano', casi me parece eso más satánico que los trípodes. Es cierto que en el cine actual se abusa de explosiones sin sentido y demás artificios, pero a mí esto me parece la equivalencia cinematográfica a los extremistas religiosos que quieren vivir como en la época preindustrial. Demasiado rígidos...
    Eso sí, de sus normas a lo mejor salvaría la de las bandas sonoras. Son maravillosas muchas veces, pero es cierto que en muchas otras son demasiado evidentes o en vez de complementar la historia prácticamente la sostienen ellas. Se supone que el espectador debe sentir lo que sienten los personajes, por lo que es más lógico que sólo escuche lo que escuchan ellos. Así, como mejor se integra la música en las películas es cuando suena en la radio, en un tocadiscos, en la calle...
    En todo caso, no me gusta la idea de firmar un manifiesto para hacer las películas por narices de una determinada manera. Ni por imposiciones de la industria-mercado-productores-Hollywood, ni tampoco de un manifiesto de intelectuales. Un buen director debería adaptar a la historia los medios a su disposición, y no incluirlos ni rechazarlos por sistema.

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  2. El punto numero 10 me párese el mas interesante... el sacrificio del artista en pos de un bien mayor, igual creo que es un tanto extremista, el nombre lo dice todo... "dogma" yo lo resumiría en lo siguiente poco importa el creador, lo único valioso es la creación en si, lo demás es irrelevante.

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