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Distopías: leyendo a J.G. Ballard

Siempre que hay una ola de calor y abrimos el grifo nos acordamos de las sequías. Si no hubiera agua, de nada servirían el oro o el petróleo y, menos, el dinero. Andar por la tierra seca, recibir el golpe del aire caliente en los pulmones debería hacernos pensar. Sobre sequía trata el libro del mismo nombre, “La sequía”, del por mí admirado escritor británico J. G. Ballard (1930-2009). En un mundo futuro, la contaminación ha desarrollado una pequeña película de porquería que, instalada sobre el mar, impide que se evapore el agua y, por extensión, que se formen las nubes que nos traen la lluvia. Con un estilo bastante conseguido e interesante, nos muestra la lucha por sobrevivir en busca de H2O. 


De este autor también recomiendo “Rascacielos”, que se centra en la vida en un bloque de pisos ultramoderno que emula una ciudad. Las distintas plantas están habitadas por colegios, oficinas, residencias…, estableciéndose una desigualdad conforme se sube en función de la riqueza de las personas: cuanto más alto vives, más tienes. En la última planta sólo reside el diseñador del rascacielos. En este ambiente de conflicto se desata una oleada de violencia de repercusiones inesperadas. 

 Más famoso es el título “Crash”, que fue llevado al cine por el director canadiense David Cronenberg. Lo que me dejó más asombrado de éste fue leer las descripciones más precisas sobre escenas violentas que me he encontrado en negro sobre blanco. “Crash” se convirtió en una historia de impacto, sobre todo si atendemos al argumento: un grupo de personas que se excita sexualmente viendo y viviendo accidentes de tráfico. 


 Por último, convendría recordar “El Imperio del Sol”, también llevado al cine, esta vez por Steven Spielberg. Es bastante autobiográfico, ya que Ballard vivió en Shangai con sus padres durante la segunda guerra mundial. Cuando los japoneses invadieron el país, fue recluido en un campo de concentración. De eso trata básicamente este enternecedor relato. ¿Terminaremos en algún mundo parecido a los de J.G. Ballard? O…¿no estaremos ya en ellos? 

(Esta entrada ha sido actualizada el 28/01/2021)

Comentarios

  1. Afortunadamente, no creo que nuestro mundo haya llegado al grado de devastación y catastrofismo del que J.G. Ballard habla en sus obras.
    No he tenido ocasión de leer los títulos de tu reseña, pero sí "Hola, América", que describe una Norteamérica desolada y prácticamente desierta a causa de una crisis energética y medioambiental. Esta obra de Ballard también me parece muy recomendable.

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  2. Bueno Héctor, éstos temas tan realistas que ya no pasan desapercibidos sino que ya pensamos en ellos nos conducen a respuestas inconclusas dada las condiciones atmosféricas del planeta, en lo que se está convirtiendo, en las catástrofes medioambientales que ya se perciben; parece como si ya viviéramos las plagas apocalípticas de las que hablan los tiempos, y el agua por supuesto pienso que con el tiempo, se convertirá en causa de desavenencias humanas, creo que (y espero no lo veamos los mortales del hoy), la gente llegará un momento que se parta la cara por una botella del preciado H20. Siempre he considerado que sin luz se puede vivir, pero no sin agua, el agua es la fuente de vida el mayor tesoro que deberíamos preservar, para nuestro propio organismo tanto exterior como interior, no podríamos vivir sin ella, la luz es menos importantes,prueba de ello, solo hace falta que nos remontemos a siglos pasados, con velas se apaña la gente, aunque volvieramos a tiempos primitivos, pero sin agua no. De todas formas recuerdo con agrado las películas de uno de mis escritores preferidos, Julio Verne, y simplemente una de sus obras, 20.000 leguas de viaje submarino, ¿acaso algo de esa película no es realidad?, yo creo que si, porque hay tántos y tántos misterios dentro de nuestro propio planeta , y aún...aún sin resolver. Puff, me encanta desde siempre todo lo que es misterio y ciencia ficcion, y encontré tu blog pues porque me dió por comprobar a quien le gustaba el libro de Sinuhé el egipcio. Casualidad, o causalidad. Un saludo.Zíngara.

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  3. Interesante encontrarse gracias a Sinuhé el Egipcio, me lo mandó en el Instituto una profesora que también se llamaba Conchi, curioso ¿no?

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  4. Jajajajaja, pues si, curioso, por eso te digo casualidad o causalidad, porque siempre he creido más en la ley de causa-efecto. Y precisamente ese libro es uno de mis preferidos.
    Te vuelvo a enviar un cordial saludo literario.

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  5. Se me olvidaba, hablando de curiosidades, ¿te apellidas Jerez?, porque yo soy de Jerez, ¿curioso también no?.

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