Hoy, en mis apuntes de filosofía, traigo uno de los términos más famosos (y polémicos) de la filosofía: el nihilismo.
Mi guía ha sido Nihilismo. Antes y después de Nietzsche, de Javier Correa Román (Filosofía & Co.). Este libro, en menos de 100 páginas, ofrece un repaso sensacional y muy didáctico del tema. En mi canal me detuve en Nietzsche, pero el libro también cita a autores posteriores, como Heidegger o Foucault.El nihilismo, en su sentido más básico, significa “no creer en nada”. San Agustín ya lo usó para designar a quienes negaban la fe, y en la Revolución Francesa se llamó nihilistas a quienes no tomaban partido. Con el idealismo alemán, Jacobi acusó a Fichte de destruir todo fundamento con la razón, incluso a Dios. En Rusia, autores como Turguénev y Dostoievski mostraron su faceta política y moral: rebelión, vacío de sentido, ruptura con toda tradición. Schopenhauer lo llevó al terreno metafísico: la vida es sufrimiento sin finalidad. Nietzsche dio el salto decisivo: “Dios ha muerto” y con él caen el Bien, la Verdad y cualquier valor supremo. Frente a la resignación del nihilismo pasivo, propone un nihilismo activo que crea nuevos valores. El superhombre, capaz de soportar el eterno retorno, inventa su propio sentido. En ese horizonte, la ciencia, la política o el arte son intentos de llenar el hueco que deja la divinidad ausente. El nihilismo no es solo negación, sino punto de partida para una nueva afirmación de la vida.
Os dejo un vídeo más amplio.
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