Flaubert (1821-1880) está considerado uno de los grandes novelistas occidentales y es conocido, fundamentalmente, por su novela “Madame Bovary”, publicada en 1857.
Charles Bovary, médico un poco pacato e inocente, se casa en segundas nupcias con Emma, una chica bellísima. Emma pronto se da cuenta de que ese matrimonio no la lleva a una historia de amor como las que había leído en las novelas. Ella buscaba algo más sublime, más lujoso, más ambicioso y Charles no llega a ser ni la mitad de esa idea, a pesar de amar a su mujer hasta el límite de la idealización. Emma repudia a Charles, al que culpa de su desdicha.
Emma decide vivir emociones fuertes buscando pasión en relaciones extramatrimoniales. La trama se complica más y más, ya que Emma solo puede alcanzar momentos efímeros de dicha sepultados por una realidad que la asfixia. Flaubert, con una belleza literaria brutal, nos enfrenta al choque entre realidad y deseo, ilusión y frustración. El final, trágico, me ha recordado a Shakespeare.
Charles Bovary, médico un poco pacato e inocente, se casa en segundas nupcias con Emma, una chica bellísima. Emma pronto se da cuenta de que ese matrimonio no la lleva a una historia de amor como las que había leído en las novelas. Ella buscaba algo más sublime, más lujoso, más ambicioso y Charles no llega a ser ni la mitad de esa idea, a pesar de amar a su mujer hasta el límite de la idealización. Emma repudia a Charles, al que culpa de su desdicha.
Emma decide vivir emociones fuertes buscando pasión en relaciones extramatrimoniales. La trama se complica más y más, ya que Emma solo puede alcanzar momentos efímeros de dicha sepultados por una realidad que la asfixia. Flaubert, con una belleza literaria brutal, nos enfrenta al choque entre realidad y deseo, ilusión y frustración. El final, trágico, me ha recordado a Shakespeare.
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