Muy conocida
por la versión cinematográfica que dirigió Hitchcock, “Extraños en un tren” es
una novela de suspense llena de tensión firmada por la escritora Patricia
Highsmith, autora del enigmático personaje de ficción Tom Ripley.
El
escenario en el que arranca la trama nos sitúa en un tren, ese medio de transporte tan estimado por
los amantes del suspense. Durante el
viaje, dos desconocidos se encuentran por casualidad. Uno de ellos, Guy, es un
arquitecto que espera el divorcio de su aborrecida e infiel mujer. Comprometido
en la actualidad con una muchacha a la que ama, espera, con anhelo, una buena oportunidad laboral. Por otro lado está Bruno, un joven malcriado, perturbado,
borracho y caprichoso, que odia con todas sus fuerzas a su padre y que muestra
un amor incondicional hacia su querida madre. Bruno invita a Guy a que cene con
él en su compartimento. A pesar de la
resistencia inicial de Guy a compartir la comida vespertina con su extraño nuevo
conocido, termina aceptando la oferta. Durante
la comida, mientras el alcohol hace fluir las palabras y las historias
personales de cada uno, el anfitrión le
propone a Guy un juego. Él matará a su mujer para que no se interponga en su
nueva relación y, a cambio, el arquitecto tendrá que eliminar a su padre. La planificación
parece perfecta; nadie sospechará de ninguno de los dos, puesto que son
personas extrañas y totalmente ajenas a
los círculos personales de las víctimas. Guy no le hace caso, no le da más
vueltas al asunto y, una vez finalizado el viaje, pretende olvidarse del
encuentro.
Bruno
no se olvida de Guy, de hecho, se obsesiona
de modo enfermizo con él. Como el que no
quiere hacer nada, dejándose llevar por un eléctrico impulso homicida, Bruno opta por cumplir la parte que le atañe de su macabro plan y mata
por estrangulación a la mujer de Guy. Convencido de que ha cumplido con su
parte, Bruno se acerca a Guy a exigirle que mate a su padre, tal y como el joven
había previsto. Desde ese día, una concatenación de sucesos va acercando cada
vez más a los dos protagonistas hacia el abismo, entrando en una espiral
angustiosa de tensos momentos que desembocarán en un trágico final.
Patricia
Highsmith traza una historia en la que sus personajes se caracterizan por la ambigüedad,
no sólo moral y ética en relación con el asesinato, sino incluso sexual,
planteando al lector un reto de análisis para saber cuál es el verdadero motivo
que lleva a Guy y Bruno a verse involucrados en asuntos tan turbios.
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