Platón, Aristóteles, el monte Olimpo
de los dioses, Heráclito, el origen de la democracia, el teatro, la tragedia,
la filosofía, la ciencia… Hay tanto contenido y sabiduría que hemos heredado de
la antigua Grecia que visitar Atenas se convertía en una tarea obligatoria. El
viaje fue en Semana Santa, hace meses, pero hasta ahora no he podido tener
tiempo para plasmar, de forma somera, información sobre nuestro viaje.
Miércoles 28 de marzo
Salimos el miércoles 28 de marzo
desde Madrid en un vuelo directo hasta Atenas. Tras tres horas y pico, nos
esperaba un coche colectivo con una asistente que, en español, nos informó
sobre algunos aspectos básicos que debíamos tener en cuenta durante nuestro
alojamiento.
El tráfico en Atenas era infernal
y tardamos bastante desde el aeropuerto internacional Eleftherios Venizelos hasta nuestro hotel.
El hotel se encontraba no muy
lejos de la plaza Omonia,
a unos cinco minutos andando. La verdad es que nos gustó el hotel, un Meliá
bastante nuevo y limpio con una habitación más que aceptable. En recepción no
hablaban español, así que chapurreando el inglés (debo perfeccionar este
idioma) hicimos el check in y nos
informaron de que en Atenas hay que pagar unas tasas turísticas, un total de 3
euros por habitación y noche.
Eran aproximadamente las 17.00 de
la tarde y estábamos casi sin comer, así que nos dimos un paseo hasta Omonia,
una plaza atestada de gente en la que nos perdimos entre algunas calles
perpendiculares. Por fin, enlazamos la calle Stadiou y llegamos hasta la plaza Síntagma, o
plaza de la Constitución, llamada así porque la ciudadanía se aglutinó en esta
plaza reclamando una constitución al Rey Otón I de Grecia, aceptando el
imperativo el 3 de septiembre de 1843.
En la plaza Síntagma también se encuentra
el Parlamento, cuyo edificio tampoco es que vaya a impresionar mucho a nadie,
pero que se ha hecho famoso tras multitud de protestas políticas como
consecuencia de la crisis.
Imagen del Parlamento Griego, en Plaza Syntagma. Foto realizada por el autor. |
Seguimos callejeando. Es
importante tener en cuenta que el alfabeto griego es muy diferente al nuestro,
así que las calles tienen el letrero en griego y transcrito en alfabeto latino.
En casi todos sitios hablan el inglés, por lo que no se tiene problema para
comer, comprar o entrar en cualquier sitio.
Para ir cerrando la tarde,
paseamos por Monastiraki y estuvimos disfrutando de Iglesia Kapnikarea.
Jueves 29 de marzo
El jueves, a las 7:40 de la
mañana, nos recogía un autobús para iniciar una visita guiada por Atenas y la Acrópolis
que contratamos semanas antes desde España.
Tras recoger a unos cuantos
pasajeros más, nos fuimos directos a la Acrópolis. Es importante llegar
temprano, pues se llena hasta los topes de turistas.
Imagen del Partenón. Foto realizada por el autor. |
Quizás el monumento más famoso de
la Acrópolis (literalmente, “cima de la ciudad”) es el Partenón. No obstante, la
subida a este recinto amurallado tiene varias zonas muy interesante.
Desde mi punto de vista, la acrópolis
es una de esas grandes obras humanas dignas de una admiración infinita.
Realizada en la época de Pericles, lo que se buscaba, en cierta manera, era
demostrar la superioridad de la democracia ateniense.
Muy cerquita del Partenón se
puede ver el templo de Atenea Niké, que conmemora la victoria contra los persas
en la batalla de Salamina (480 a.c). Nuestra guía nos comentó que el símbolo de
Atenea Niké, o victoriosa, son unas alas que, curiosamente, son el símbolo de
NIKE, cuyo nombre, como es evidente, proviene de ahí.
Luego fuimos al museo delAcrópolis, un fantástico espacio en el que se puede disfrutar del brillo
del arte griego. Lamentablemente, la mayoría de las piezas son réplicas, porque
las verdaderas, sobre todo las del friso del Partenón, se encuentran en el
Museo Británico en Londres.
Lo que sí se puede ver original son
las cariátides del Erecteion, pero en el museo, porque las de la Acrópolis son
réplicas.
Al medio día comimos en Plaka, ya
que la guía nos dejó una serie de indicaciones para poder sumergirnos en este
típico barrio, colindante con Monastiraki. Para
disfrutar de la gastronomía, decidí comerme un gyros.
Por la tarde nos fuimos directos
al museo de arte cicládico. Las islas Cícladas
conforman uno de los archipiélagos más famosos del mar Egeo. Islas como
Santorini o Mykonos, que todo el mundo conoce, forman parte de este archipiélago.
Las figuras cicládicas,
que ahora parecen salidas de una corriente de arte contemporáneo, tienen entre
3000 y 2000 años. Desde luego, se trata de un lugar muy recomendable.
Estatuilla Cicládica. Foto realizada por el autor. |
Viernes 30 de marzo
Por la mañana muy temprano nos dirigimos al museo arqueológico.
Aquí, como una de sus piezas más
interesantes, está la máscara de Agamenón. También es interesante atender cómo evolucionó la escultura griega desde
los Kuoroi hasta el niño de Maratón.
Una de las piezas más reconocidas es la máscara de
Agamenón.
Máscara de Agamenón. Foto elaborada por el autor. |
A la vuelta del museo, fuimos por la Calle Atenas, que, en nuestro primer día,
solo vimos por la noche y no nos gustó mucho. No obstante, por la mañana es un
hervidero de gente puesto que se encuentra un mercado muy famoso por la venta
de alimentación.
Como no podía ser de otra forma, ese día también visitamos
el Ágora antigua. Pasear por el mismo lugar que Sócrates y otros famosos
filósofos de la antigüedad frecuentaban es
un gran placer. Dentro del Ágora, en su museo, existen interesantes piezas,
como los famosos Ostraka (plural de Ostrakon), trozos de vasijas y otras piezas
de alfarería en los que se escribía el nombre de la persona que se quería
condenar al destierro. De ahí su nombre, ostracismo. Deciros también que dicho
museo se encuentra en un edificio conocido como la Stoa de Átalo, un pórtico
helenístico construido por por Átalo II Filadelfio, durante su reinado en Pérgamo (159 a 138 a. C.)
Restos de Ostraka en el Museo del Ágora antigua. Foto realizada por el autor. |
Por último, otro edificio sublique que se puede visitar en
el Ágora antigua es
el Hefestión. En este templo se rendía culto a Hefesto ( el Vulcano de los
romanos) y a Atenea
Hefestión. Foto elaborada por el autor. |
Pues nada. Qué deciros. Os animo a viajar a Grecia.
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