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Henning Mankell: “Los Perros de Riga”

El inspector de policía sueco Kurt Wallander se ha convertido con el tiempo en uno de esos personajes de la novela negra y policíaca que se ha ganado mi simpatía. Te lo imaginas abrigado por las calles de  Ystad ,un municipio al este de Suecia ubicado en la región de Escania. Te lo imaginas vestido de negro, como vemos siempre en las fotos de los libros a  su creador, Henning  Mankell. Te lo imaginas  luchando contra la burocracia y el crimen. Para mí, Wallander es, además, un policía que vive sus propias historias  personales, ajenas al mundo del suspense,  desgarradoras en muchos casos, en las que combate contra la soledad y el hastío.
En “Los perros de Riga”, su segunda obra de la serie “Wallander”, Mankell nos cuenta una historia contextualizada a principios de los años 90 del pasado siglo: dos marineros, seguramente traficantes de algo ilegal, se encuentran con una patera en la que pueden ver dos cadáveres vestidos con  traje y corbata. Enganchan la barca con una cuerda y le cambian el rumbo, haciendo que llegue a las costas suecas. El caso llega a nuestro protagonista y,  conforme se avanza en la identidad de los cadáveres,  éste dará una vuelta  radical que llevará a la investigación policial a situar sus ojos en Letonia, país del báltico que está viviendo una convulsa vida social y política como consecuencia del derrumbamiento de la URSS.
Letonia envía un policía directamente a Suecia para ayudarlos a investigar sobre las muertes.  Es posible que los asesinados sean de este país. Cuando el policía letón vuelve a Riga, creyendo que en parte había sido un ajuste de cuentas entre narcotraficantes,  una sorpresa le estaba esperando: alguien tenía la intención de asesinarlo… y lo consiguió. Wallander se ve así obligado a marchar al país del báltico para intentar dilucidad las causas del crimen, viéndose envuelto en una serie de acontecimientos que sobrepasan  todas sus primeras imaginaciones.
“Los perros de Riga” es una interesante novela de suspense, pero, como en otras tantas de este escritor sueco, se esconde una fina crítica social. Todo un placer de lectura.

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